Chronic functional bowel syndrome enhances gut-brain axis dysfunction, neuroinflammation, cognitive impairment, and vulnerability to dementia
Mak Adam Daulatzai 1
Neurochem Res. 2014 Apr;39(4):624-44
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https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24590859/
Resumen
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal funcional crónico común en todo el mundo que dura décadas. El intestino humano alberga una población diversa de organismos microbianos que es simbiótica e importante para el bienestar. Sin embargo, estudios en animales convencionales, libres de gérmenes y obesos han demostrado que la alteración en la microbiota intestinal comensal normal y un aumento en la microbiota patógena denominada «disbiosis», afectan la función intestinal, la homeostasis y la salud. La diarrea, el estreñimiento, la hipersensibilidad visceral y el dolor abdominal surgen en El síndrome del intestino irritable por la comunicación disfuncional metabólica, inmunitaria y neuroinmune inducida por el intestino. La disbiosis en el síndrome del intestino irritable está asociada con la inflamación intestinal. La inflamación relacionada con el intestino es fundamental para promover la endotoxemia, la inflamación sistémica y la neuroinflamación. Una proporción significativa de pacientes con El síndrome del intestino irritable consumen de forma crónica alcohol, antiinflamatorios no esteroides y dietas grasas; también pueden sufrir trastornos comórbidos respiratorios, neuromusculares, psicológicos, del sueño y neurológicos. El sustrato fisiopatológico anterior está respaldado por disbiosis y rutas bidireccionales disfuncionales del «Eje Intestino-Cerebro». La inflamación sistémica patógena relacionada con la microbiota intestinal (debido al aumento de lipopolisacáridos y citocinas proinflamatorias y disfunción de la barrera) puede desencadenar la neuroinflamación en regiones cerebrales disfuncionales como el hipocampo y el cerebelo. Estos, así como el eje cerebro-intestino vago-vagal disfuncional, pueden promover el deterioro cognitivo. De hecho, la inflamación es característica de un amplio espectro de enfermedades neurodegenerativas que manifiestan demencia. Se argumenta que el conocimiento del impacto fisiopatológico del síndrome del intestino irritable y la implementación de medidas terapéuticas adecuadas pueden prevenir el deterioro cognitivo y minimizar la vulnerabilidad a la demencia.
Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24590859/