Un nuevo estudio asocia la ingesta de Vitamina D3 con un 38% menos riesgo de tener un tumor metastásico
RAQUEL BONILLA
MADRID
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En plena pandemia de la Covid-19, la vitamina D se ha convertido en uno de los elementos más nombrados por la ciencia y por la población en busca de una protección frente al SARS-CoV-2. Sin embargo, esto no es nuevo. Durante muchos años, los investigadores han intentado precisar la tentadora conexión entre la vitamina D y el cáncer. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista científica JAMA Network Open, investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston confirman que la vitamina D3 se asoció con una reducción general del 17% del riesgo de cáncer avanzado, cifra que aumenta hasta el 38% en personas con un índice de masa corporal normal.
Tradicionalmente los estudios epidemiológicos han encontrado que las personas que viven cerca del ecuador, donde la exposición a la luz solar produce más vitamina D, tienen menor incidencia y tasas de muerte por ciertos tumores. Y eso no es todo, ya que en las células cancerosas en el laboratorio y en modelos de ratón, también se ha encontrado que la vitamina D ralentiza la progresión del cáncer. A pesar de todo ello, los resultados de los ensayos clínicos aleatorios en humanos no han arrojado una respuesta clara. Hace un par de años, el ensayo de vitamina D y omega-3 (VITAL), que concluyó en 2018, encontró que la vitamina D no redujo la incidencia general de cáncer, pero insinuó un menor riesgo de muerte por cáncer.
Reducción de cáncer metastásico
Ahora, en un análisis secundario de VITAL, el equipo dirigido por investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Boston se ha centrado en la conexión entre tomar suplementos de vitamina D3 y el riesgo de cáncer metastásico o fatal. Los hallazgos obtenidos confirman que la vitamina D3 se asoció con una reducción general del 17 por ciento del riesgo de cáncer avanzado. Cuando el equipo observó solo a los participantes con un índice de masa corporal (IMC) normal, encontraron una reducción del riesgo del 38 por ciento, lo que sugiere que la masa corporal puede influir en la relación entre la vitamina D y la disminución del riesgo de cáncer metastásico.
“Estos hallazgos sugieren que la vitamina D3 puede reducir el riesgo de desarrollar cánceres avanzados”, dijo la autora correspondiente Paulette Chandler, MD, MPH, médica de atención primaria y epidemióloga de la División de Medicina Preventiva de Brigham. “La vitamina D es un suplemento que está fácilmente disponible, es barato y se ha utilizado y estudiado durante décadas. Nuestros hallazgos, especialmente la fuerte reducción del riesgo observada en personas con peso normal, proporcionan nueva información sobre la relación entre la vitamina D3 y el cáncer avanzado”, reconoce.
En su análisis secundario, Chandler y sus colegas hicieron un seguimiento de la posible reducción de las muertes por cáncer con una evaluación de cáncer avanzado (metastásico o fatal) entre los participantes que tomaron o no suplementos de vitamina D3 durante el ensayo. También examinaron el posible efecto modificador del índice de masa corporal. Entre los más de 25.000 participantes en el estudio VITAL, 1.617 fueron diagnosticados con cáncer invasivo durante los cinco años que duró la investigación. Esto incluyó una amplia combinación de cánceres (mama, próstata, colorrectal, pulmón y más). De los casi 13.000 participantes que recibieron vitamina D3, 226 fueron diagnosticados con cáncer avanzado en comparación con 274 que recibieron el placebo. De los 7.843 participantes con un índice de masa corporal normal (IMC menor de 25) que tomaban vitamina D3, solo 58 fueron diagnosticados con cáncer avanzado en comparación con 96 que tomaron el placebo.
¿Cómo influye la obesidad?
Si bien los hallazgos del equipo sobre el IMC podrían deberse al azar, existe evidencia previa de que la masa corporal puede afectar la acción de la vitamina D. La obesidad y la inflamación asociada pueden disminuir la eficacia de la vitamina D, posiblemente al reducir la sensibilidad del receptor de vitamina D o alterar la señalización de la vitamina D. Además, los ensayos aleatorios de vitamina D y diabetes tipo 2 han encontrado mayores beneficios de la vitamina D en personas con peso normal y ningún beneficio entre aquellos con obesidad.
La deficiencia de vitamina D es común entre los pacientes con cáncer, y un estudios previos confirman que las tasas de deficiencia de vitamina D son de hasta el 72 por ciento entre los pacientes con cáncer. También hay evidencia de que una mayor cantidad de grasa corporal se asocia con un mayor riesgo de varios cánceres. “Nuestros hallazgos, junto con los resultados de estudios anteriores, respaldan la evaluación en curso de los suplementos de vitamina D3 para prevenir el cáncer metastásico, una conexión que es biológicamente plausible”, confirma Chandler, quien concluye que “se justifican estudios adicionales que se centren en pacientes con cáncer e investiguen el papel del IMC”.
Fuente: https://www.larazon.es/salud/20201118/si4lfbtqivbofkfhde3uo4mby4.html?fbclid=IwAR03iLJST1aEexEtwBJIIESalZ4oSzxegI4fzG2PUWhyiY5m0I8xFt6xubE